
La madre, al no poseer agua potable en casa, cruzó un camino de tierra y se dirigió al otro lado donde pasa una zanja para sacar agua. El niño la siguió, tropezó y cayó en el arroyo.
Los vecinos comentaron que llamaron a los serenos de la zona, sin embargo, ellos no habrían dado atención a su alerta.
“El niño se cae y la mamá nos llama por teléfono para poder ayudarle. Han corrido, se llamó a Serenazgo, vino, miró y se fue, no se inmutaron. Se le encontró al niño cuatro kilómetros hacia abajo”, comento una de las vecinas.