Marisa se preguntó por qué la cocina peruana no era partícipe de grandes banquetes y entonces fue ella quien incluyó los insumos y recetarios peruanos a grandes celebraciones. Por ello, La gran dama de la cocina peruana fue el gran pilar de la gastronomía nacional.
Partió Marisa y se fue en paz rodeada de sus seres más queridos: “Ella siempre estará como tú la recuerdes”, comenta Andrea Romero Guiulfo, sobrina de Marisa, ya que al recordarla siempre se transmite la alegría y calidez que la caracterizaba.